PERIODISMO II
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TRABAJO
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REPORTAJE
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NOMBRE
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MAGALY CANGÁS
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CURSO
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5”B”
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FECHA
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1 de enero de 2017
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ANTETÍTULO
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Cada
año 1,2 millones de niños son víctimas del maltrato de infantil
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TÍTULO
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El grito silencioso de un niño maltratado |
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SUMARIO
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El maltrato infantil, es una causa de
sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener consecuencias a
largo plazo.
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ENTRADA/
INTRODUCCIÓN
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Según
la Organización Mundial de la Salud (Fuente 1) el maltrato infantil es un tema que día a
día ha ido creciendo. El maltrato es una forma de
agredir a los niños, son acciones que van en contra de un adecuado desarrolló
físico y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la
propia sociedad.
La Organización Mundial de la Salud determinó con la
declaración de los derechos del niño puesta en el siglo XX, que el maltrato
infantil se considera un delito y un problema de profundas repercusiones
psicológicas, sociales, legales y médicas.
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“Mi padrastro era un asco de persona, le
pegaba a mi mamá, me pegaba a mí, era un desastre total”. Asegura Arturo Narváez
Santacruz (FUENTE 2) después de
cuestionarle la forma de tratarlos y de educarlos. Este tipo de maltratos
tiene consecuencias terribles, pero también hay personas como Arturo Narváez
que a pesar de que sufrió de maltrato, no tiene deseos de ejercer la
violencia por su cuenta, en contra de su padre o en otras personas, al
contrario valora más la vida y da gracias por todo lo que tiene y por todo lo
vivido. “Actualmente con mi madre no
hay ningún problema, me apoya mucho. Creo que esas experiencias me ayudan,
más que lamentarme, me han ayudado a ser fuerte, saber que la vida no es
fácil, agradecer lo que tienes”
Los golpes e insultos, son actitudes
que se marcan para siempre en la vida de un niño. El 6 de enero un caso de
maltrato infantil causo malestar en la escuela Luis Leoro Franco en la ciudad
de Ibarra. Un menor de 5 años habría sido golpeado en el rostro por su
padrastro hasta producirle una lesión nasal, María Sol de la Torre directora
de la institución, (FUENTE 3) denunció
este caso a la Dinapen.
Aunque
pareciera imposible de creer, en pleno siglo XXI cuando existen más y mejores
herramientas para la educación y la crianza de los hijos, el maltrato
infantil representa una lamentable situación que persiste en los hogares, pese
a los grandes avances en cuanto a legislación, reconocimiento de derechos y
protección de niños, niñas y adolescentes en el marco jurídico.
Maximiliano
Rúales tiene 7 años y estudia segundo grado en el colegio Narabino. Su madre
le dibujo con dolor cuatro dedos en su mejilla morena, aún inflamada.
La cachetada de Maximiliano Rúales esconde la violencia que alcanza a
millones de niños en el país y que no necesariamente es evidenciada con los
dedos de las madres o padres marcados en sus caritas o cualquier parte del
cuerpo, pues este flagelo no solo se manifiesta en forma de violencia física,
sino también psicológica.
Fue precisamente
la maestra de Maximiliano quien llevó el caso al consejo de coordinación
escolar de la institución. El planteamiento de la maestra es ampliado
por la directora de la organización Prevención del Abuso contra los Niños.
Por otra parte es confortable dar a conocer que hay casos en los que
se es posible solucionarlos. Isabel (FUENTE 6) junto con su hija de 4 años, asistió a la tercera
consulta de terapia familiar de la clínica ubicada en Imbabura, no podía
creer que una de las principales causas de las rebeldías de su pequeña era el
maltrato psicológico que ella misma le ocasionaba. Resulta que quien era la fuente de todo,
sin saberlo, era yo, relata la madre, conteniendo una lágrima que delataba su
sentimiento de culpa, aún después de tres terapias.
La
psicóloga, especialista en terapia familiar, Ana Rúales, (FUENTE 7)
recomienda. “Debemos estar
atentos ante los cambios repentinos en el comportamiento de nuestros hijos, alumnos,
tenemos que hacerle frente, pues las consecuencias negativas se evidencian a
corto o largo plazo”.
Como receptor de denuncias, en Ecuador
existe el Consejo de Protección del Niños, Niñas y Adolescentes, además de
otras instancias que además de procesar los casos tienen la tarea de brindar
orientación y tratamiento a los menores y sus familias.
Vanesa García, (Fuente 8) psicóloga
especializada en maltrato infantil, menciona que "El problema, es
establecer los límites”. Explica que ignorar a un niño o una mirada de
desprecio es mucho más violento que un cachete. A un niño le hiere mucho más
una humillación, un desprecio. Por ello hace hincapié en que hay que trabajar
mucho con los adultos para evitar ciertas situaciones porque a nadie nos
enseñan cómo ser un buen padre".
Richard Prado (Fuente 9) integrante
del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente, menciona “Sino hay datos ni un
diagnóstico claro es más complicado tomar medidas adecuadas. No obstante, apunta no
sólo a una respuesta penal piden una Ley integral para combatir la violencia
contra la infancia sino también, a medidas sociales de conciliación. Hay que
intentar ayudar a sus padres, hay que protegerlo, pero no sólo en casos
concretos.
Señala
que los niños son personas con derechos y que se tiene muy poco respeto por
ellos, incluso desde las instituciones,
que no están adecuadas para ellos.
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CONCLUSIONES
En el sector público no se está prestando
tratamiento por maltrato infantil. Al menos no como se debe, pues, la demanda
es bastante alta y no se cuenta con una plantilla de profesionales completa.
Faltan muchos más especialistas en esta área. Según expertos tiene que ser un tratamiento de por lo menos seis o
siete meses; donde se debe trabajar sentimientos de culpa, relación con el
victimario, autoestima, seguridad en sí mismo, protección cuando hablamos
sobre abuso sexual, herramientas para que se proteja, se trabaja con la
familia, porque evidentemente en el caso de abuso sexual hay un sentimiento
de culpa en los padres terribles.
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TESTIMONIO
Marcelo Sebastián Fernández, “Soy un adolescente tengo 13 años, llegue
a Ecuador desde Colombia, mi madre era alcohólica, drogadicta que vivía en la
calle, me contaron que falleció a los pocos años que nací; mi padre es una
persona alcohólica que mayormente anda en la calle. Debido al fallecimiento
de mi madre, fui criado por mi hermana mayor y mi padre. Debido a las
continuas agresiones físicas y emocionales que recibía de mi padre decidí irme
de mi casa e inicia una vida en la calle. A los 8 años de edad empecé
consumir Terokal (pegamento utilizado para drogarse) durante el tiempo que permanecí
en la calle, andaba por las playas y basurales sin control, es así como fui
abusado sexualmente por hombres adultos, dejando en mi costumbres y actitudes
sexuales inadecuadas. Después de un tiempo así llegue al Centro Primax en
agosto del 2004, con mucha carencia de afecto, me era difícil adaptarme y
obedecer reglas, no sabía leer ni escribir y mostraba problemas internos
profundos. En la actualidad me encuentro en proceso de restauración, estoy
estudiando en la Escuela aprendiendo a leer y escribir, me siente parte de la
Casa de Centro Primax. He logrado superar mi ansiedad a la droga y está
aprendiendo a convivir con otros niños. Realmente me siento mejor y en algún
momento de mi vida desearía tener una familia, un padre, una madre, en algún
momento de mi vida desearía ser feliz.
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viernes, 17 de febrero de 2017
Reportaje
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