domingo, 12 de febrero de 2017

Karate Do, un estilo de vida




El arte de las manos vacías

Por: Pamela Viveros

Dentro del tatami, entre golpes de puño, giros y patadas, como si se observara una película protagonizada por Bruce Lee. Dos jóvenes vestidos de blanco, se enfrentan en un combate de karate. 

El Karate es un arte marcial en el que se coordina la fuerza, la respiración, el equilibrio y la postura, al igual que el correcto movimiento de extremidades.
"Vengo hacia ti con las manos vacías. No tengo armas,
pero, si soy obligado a defenderme, a defender mis principios o mi honor,
si es cuestión de vida o muerte, de derecho o de injusticia,
entonces aquí están mis armas: las manos vacías”. El lema “Kempo Karate” explica la filosofía que hay detrás de este deporte.

“El karate do es una filosofía de vida, el karate do es la vida misma, no tiene fecha de iniciación ni finalización de la práctica”, añade Javier Sáenz, sensei del equipo de Karate de la concentración deportiva de Pichincha.
El Karate nace en Okinawa (Japón), al incorporarse el espíritu del Zen a las técnicas de lucha que llegaron desde China. Las películas de artes marciales de los años 1960 y 1970 aumentaron la popularidad de las artes marciales de todo el mundo, y el resultado de esto es que existan escuelas de karate en más de 100 países.

Significado de la palabra Karate Do

En sus comienzos, el kárate fue denominado como "Te", cuya traducción es “mano”, después se usó la palabra Karate que simboliza “mano vacía” por consiguiente el Do personifica “el Camino”, la cual tiene conexión directa con los elementos del budismo zen que busca el vacío del corazón. Para Daniel Viveros el karate significa una vida entera, que le ha llevado a tener muchos triunfos al igual que muchas derrotas.

Su característica

“El karate tiene tres grandes facetas, la primera la parte física, donde los atletas se entrenan para después dominar la técnica, después vine realizar los movimientos y la parte mental que complementa a las otras dos, es decir crear actitudes mentales para decir: yo sí puedo, así se cumplen todas las metas”.
Expresa el sensei Sáenz que, la patada, las posturas, golpes de puño y de codo, son relevantes a la hora de un combate y se necesita de mucha práctica para generar artes marciales.
Los que practican este arte marcial se llaman karatekas. Para ser un buen karateka hay que llevar dos cosas: la vestimenta y los cinturones.
El uniforme de práctica empleado en el kárate es el karategi, compuesto por una chaqueta y pantalones blancos, un cinturón o faja, que varía de color según el nivel de entrenamiento.
Los cinturones suelen ser siete, divididos en colores empezando por el blanco para los principiantes. Con el aprendizaje de las técnicas se va subiendo de nivel y va cambiando el color del cinturón. Al blanco le siguen, por orden de menor a mayor, el amarillo, el naranja, el verde, el azul, el marrón y finalmente el negro. Una vez se es cinturón negro, se sigue aumentando progresivamente en grados, llamados danes. Un cinturón negro puede llegar hasta el décimo dan. 

El Karate como deporte

La actividad además de ser empleada como herramienta de defensa personal se ha desarrollado como una disciplina deportiva, además ayuda a descargar energía, es un sistema de perfeccionamiento con entrenamientos graduales y sencillos, lo más es que importante no tiene edad para ser practicado. Andrés Paredes, practica este deporte desde los 9 años “como cualquier tipo de deporte es bueno porque que te crea la constancia y disciplina, también un buen estado físico”
El karate, deja a un karateca ser más allá que una persona con habilidades físicas excepcionales, un karateca es un ser humano que cubre ciertos principios, los principios del karate, en toda su vida. El bushido.


Un karateca es una persona que busca ser justa y honesta siempre, que le da a los demás el respeto que cada ser merece. Un karateca busca superarse día a día y no “atorar” a los demás, al contrario, busca ayudar a que los demás mejoren. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario