viernes, 17 de febrero de 2017

CRONICA 1 FERNANDO VILLARREAL

PERIODISMO II
TRABAJO
Crónica 1
NOMBRE
Fernando David Villarreal Robayo
CURSO
5 C
FECHA
 22 de noviembre 2016

Crónica

ANTETÍTULO
Tiputini
TÍTULO
Pequeño Paraíso Oriental
SUMARIO

ENTRADA/
INTRODUCCIÓN
La noticia de mi padre en mi niñez fue la aplicación del dicho, “no hay mal que por bien no venga”, el trabajo de mi Padre lo llevó  a vivir por un año a Tiputini un cantón muy pequeño de la provincia de Orellana, la noticia no fue muy bien recibida, pero no había nada más que hacer que aceptarlo; estaba frente a perder mi escuela, mis amigos y mi vida en Quito.
Cuando llegó el momento de salir de viaje no tenía ni la menor idea de lo que me iba a encontrar, empezando por el viaje, para salir de Quito fue desde el antiguo Terminal Terrestre Cumandá  en la flota de buses Baños que nos llevaba al Coca donde creí que allí acababa el viaje pero no fue así, el viaje recién comenzaba.
CUERPO DEL TEXTO
El Bus arribó al Coca a las 5:00 am, tomamos nuestras maletas y mi padre nos llevó a un muelle a esperar el segundo medio de transporte, el calor de la madrugada fue agradable y el paisaje de selva con la rivera del rio Napo, trasladaba a cualquiera del bullicio de la cuidad a un lugar de tranquilidad y de naturaleza intacta.
Cuando llegó la canoa, las cosas que llevamos fueron puestas en ella e inicio el viaje, entonces cuando Karina mi hermana pregunto la duración del viaje la sorpresa fue que el viaje duraba entre 13 y 14 horas con una escala en Pañacocha para comer; fueron las horas más largas que alguien ha vivido, sin embargo la belleza del paisaje entre la espesura de la selva y el rio Napo no tendría comparación.
Cuando era cerca de las 5 a 6 de la tarde senos informó que el viaje ya terminó y lo que vimos, fue un pueblo pequeño rodeado de la espesa Amazonía, levantado a orillas de un rio imponente que bañaba los manglares, un pueblo tan pequeño que la única escuela Cap. Luis F. Jaramillo se podía llegar a pie y los recreos podías ir a tu casa a comer, un pueblo protegido por el Batallón B.S 57 Montecristi, esta fue la razón por la que fui a dar allá.
---Este es un pueblo pequeño, pero muy grande en riqueza y lleno de  militares muérganos--- nos dijo el comandante Marco Alvares en la bienvenida a las familias recién llegadas.
Diego Madrid es un joven de la costa que dijo que el mejor momento de su vida fue vivir en Tiputini porque al vivir allí de niño en ese lugar es una forma de vivir muy emocionante porque las experiencias que te brinda este lugar no son comunes.
---Vivir en Tiputini es una cosa diferente a vivir en cualquier otro lugar del oriente--- manifestó Juan Chiguango un vecino que era nativo de esta ciudad. Y tenía mucha razón.
Vivir en este lugar es salir de la rutina completamente, no solo por lo bello del lugar, sino que te evade de todo signo de ciudad, debido a que  no llega señal de celular, televisión abierta o teléfono convencional, la electricidad te la dan a las 7am y te la quitan a las 11pm; “el vivir en este lugar es un verdadero reto” como lo dijo Fernando Villarreal y Martha Robayo, esta razón es porque vieron un forma de vivir muy apegada a la naturaleza, aprovechando lo que la misma les daba y eso es una forma de sobrevivir en un entorno muy diferente.
Cuando llegó el momento de salir de Tiputini fue algo muy incómodo, salir a una sociedad muy diferente a la que esta uno acostumbrado, ve la gran brecha entre el estrés de la cuidad y la tranquilidad de un pueblo que terminas extrañando a pesar del clima, de la falta de recursos básicos o sentir la naturaleza tan cerca, por este motivo muchas personas considera a Tiputini como un verdadero paraíso.
Conclusión
Frases, recuadros, cifras.


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