PERIODISMO II
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TRABAJO
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REPORTAJE
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NOMBRE
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María Isabel Burbano
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CURSO
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5 Semestre “B”
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FECHA
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2017-01-31
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A
50 años de su publicación, “Cien años de Soledad” sigue siendo uno de los
libros cumbres de la literatura Latinoamericana.
La soledad de Gabriel García Márquez
Para Gabriel García Márquez enviar el primer borrador de la
novela se volvería una aventura que duraría 14 meses y que daría como resultado
uno de los libros más importantes de la literatura en lengua española y del
realismo mágico. En el siguiente reportaje se hablará sobre como después de
varios tropiezos, el primer borrador con sus correcciones se envió a Buenos
Aires en 1967 y en mayo del mismo año se publicaría la primera edición. Gabriel
García Márquez se volvió una figura de discusión en el marco del Hay Festival
celebrado en Cartagena de Indias del 27 al 29 de enero del 2017.
Introducción
“Muchos años
después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había
de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”.
Así es como empieza “Cien años de Soledad”, la novela que enalteció a Gabriel
García Márquez como un escritor y aunque ya había otras novelas de su autoría
como “El Coronel no tiene quien le escriba”, la historia de Macondo y Aureliano
Buendía le darían reconocimiento y el Nobel de Literatura en 1982.
Aunque esto
no fue fácil ya que mientras el escritor se concentró en su obra maestra, los
problemas económicos se hicieron presentes incluso al momento de enviar la obra
a la Editorial Sudamericana de en Buenos Aires. Se enviaron en dos partes
divididas a la mitad, con tal suerte que se envió la mitad que contenía el
final y no el principio.
El Inicio
Surgió en el escritor la necesidad de
escribir algo totalmente diferente a lo ya había escrito. Como él mismo explica
en su artículo Cien años de Soledad: La novela detrás de la novela: “Sin
embargo, desde hacía tiempo me atormentaba la idea de una novela desmesurada,
no sólo distinta de cuanto había escrito hasta entonces, sino de cuanto había
leído. Era una especie de terror sin origen. De pronto, a principios de 1965,
iba con Mercedes y mis dos hijos para un fin de semana en Acapulco, cuando me
sentí fulminado por un cataclismo del alma, tan intenso y arrasador, que apenas
si logré eludir una vaca que se atravesó en la carretera. Rodrigo dio un grito
de felicidad:
—Yo también cuando sea grande voy a
matar vacas en la carretera.”
Desde ese momento se dedicó en cuerpo y
alma durante un año y medio para escribir su obra. “En los primeros meses
conservé mis mejores ingresos, pero cada vez me faltaba más tiempo para
escribir tanto como quería. Llegué a trabajar de noche hasta muy tarde para
cumplir con mis compromisos pendientes, hasta que la vida se me volvió
imposible. Poco a poco fui abandonando todo hasta que la realidad insobornable
me obligó a escoger sin rodeos entre escribir o morir.”
Gabriel García Márquez pasó todo ese
tiempo escribiendo desde la mañana hasta la noche, donde después se reunía con
sus amigos, los cuales estaban interesados en lo que el “Gabo” estaba
escribiendo. María Luisa Elío y Jomi
García Ascot fueron los que más escucharon con entusiasmo los capítulos
inventados de la historia, ya que García Márquez no quería que la idea original
salga hasta que todo esté terminado. No dudó en dedicarles su obra.
Al momento de enviar la obra corregida
por correo, él y su esposa se encontraron con la sorpresa de que solo tenían
dinero para enviar la mitad, después de empeñar un secador y la licuadora que
aún quedaban en la casa, el manuscrito se envió completo y se publicó en junio
de 1967.
La Portada
La responsabilidad de la creación de
libro quedó a cargo de Vicente Rojo, un artista español exiliado en México. En
una entrevista al periódico “El Heraldo” habla sobre el encargo. “Gabo me pidió esta portada dándome el manuscrito y fui
uno de los primeros en leerlo, me di cuenta de lo excepcional de la obra y lo
difícil que era sintetizar esta novela en una portada”
Por esas jugadas del destino, a pesar de que Rojo
había enviado la portada a tiempo para su publicación, esta no llegó a la
Editorial Sudamericana de modo que la primera edición tiene un bosque de fondo
azul sobre el que se ve un galeón que navega y debajo unos lirios amarillos.
La portada hecha por Vicente Rojo apareció desde la
segunda edición, donde se encuentra la e al revés por un error de impresión
que, para su autor, le daba el sentido popular que iba de acuerdo con la
novela. Esta e que un librero ecuatoriano se empeñó en cambiar debido a no
sabía que así se había diseñado.
El legado
La idea que había empezado en un viaje a Acapulco, se
trasladó a 350 páginas que han sido adaptadas a 35 idiomas, han vendido 30
millones de copias. El periódico El Mundo la incluyó en su lista de 100 mejores
novelas en español publicada en 2001. Gracias a esta obra completa ha llegado a
ser el único colombiano en ganar un premio nobel.
En su libro autobiográfico “Vivir para contarla” habla
sobre una hacienda bananera existente en su natal Aracataca llamada Macondo,
esta palabra se refiere a un árbol proveniente de África, nunca supo el
misterio del nombre de la hacienda pero hizo de esta palabra una ciudad
ficticia que albergó a seis generaciones que aún viven y se mantienen en la
magia de la palabra.
Gabriel García Márquez es uno de los escritores
latinoamericanos que reflejan el realismo de una cultura llena de matices como
es la latinoamericana. Fascinado por la literatura desde muy temprana edad,
supo que tendría que dedicarse a eso el resto de su vida.
—Entonces, ¿qué le digo a tu papá?
Le contesté con el corazón en la mano:
—Dígale que lo quiero mucho y que gracias a él voy a
ser escritor —y me
anticipé sin compasión a cualquier alternativa—: Nada
más que escritor.
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