Elisa Jiménez
Definitivamente ese viernes era de los peores, las cosas empezaron mal y
definitivamente no fue un día en el que el mundo estuviera a mi favor.El café de la mañana me había quemado la lengua y
todo lo que probaba me sabia horriblemente amargo, me había golpeado la
rodilla con la mesa, tenía las ojeras más grandes que había visto sobre
mi rostro y escuchar la radio me resulto un dolor de cabeza tenaz… ¿Qué más podría salir mal?El Trole que había
tomado se dañó en media trayectoria y despedía un olor a caucho quemado insoportable, y a pesar de que corrí como nunca lo hago, perdí dos buses que podían
llevarme hasta la facultad, estuvieron a punto de robarme el celular y me
quedaría fuera de clases por lo menos media hora más… Eran
más de las siete de la mañana, y era evidente que mi día estaba por empeorar…Había caminado ya toda la calle Bolivia y no podía dejar de pensar que
era realmente tarde, 7:25 am para ser exactos, había empezado mal, y vaya que
había empezado mal después de llegar al patio de la facultad, mis ojos estaban
por salirse de sus orbitas cuando al subir las gradas hacia el patio vi las
inmensas filas que le daban la vuelta al patio entero, ¿Qué pasa? ¿De qué me perdí? ¿Por qué
todos hacían fila? (interrogación) Luego de unos minutos lo entendí…
Habían empezado las matriculas para escoger un taller optativo y yo estaba en la nebulosa, no sabía ni que habían matrículas y mucho menos el listado de talleres… para variar solo podía escoger entre dos talleres, lo cual en verdad me pareció un absurdo y cuando por fin supe que escoger, resulta que los cupos estaban llenos y que tuve que coger el mismo taller que había cogido en el semestre anterior: “Semiótica De Mercancías Simbólicas” con el profesor Raúl Moncada.Yo estaba cansada, me faltaba el aire por todo lo que corrí y estaba molesta porque no toleraba no poder escoger algo diferente y depender de la clasificación por semestres. Y aunque me sentía aliviada porque no vería a personas a las que en serio no tolero, para mí el taller representaba una repetición de una lección ya aprendida, como volver a ver una película o un documental y terminar por comprobar que mi cerebro saturado de ideas aun funcionaba para recordar aquello que me parecía tan aburrido…
El primer día resulto ser simple, pequeñas instrucciones sobre los
contenidos, una presentación de la información inicial a revisar durante el
taller y asistencia… aunque era fácil deducir que estábamos todos, pues solo
fuimos cinco estudiantes… el segundo día la clase se trataría únicamente de una
profundización sobre los ethos de Bolívar Echeverría y las mercancías vistas
desde la perspectiva de cada uno, el modelo de Grimas y el de Echeverría para
el análisis de mercancías y sus usos, el tercer día y el cuarto fueron días
prácticamente libres, libres para escoger un tema a analizar y un modelo para
exponerlo en la clase final.Y aunque era
imposible sacar cero, la verdad tenía tanta pereza de repetir los mismos
ejercicios que trabaje para la exposición del viernes, el jueves por la noche
después de una larga siesta en la tarde. ¿Qué cómo me fue? Pues me fue bien, supe lidiarla bastante fácil y retirarme pronto del
salón de clases para regresar al trabajo fue más fácil que decir,
CALIFRAGILISTICOESPIRALIDOSO.
Ese viernes tenia curiosidad por sobre que habían hecho los demás, mis amigos en sus talleres, ¿se divirtieron? ¿Se aburrieron? ¿Aprendieron algo? ¿O como yo habían estado repitiendo contenidos aburridos porque no habían conseguido un cupo en algo nuevo por la esquematización por semestre?Así que pregunte a Michelle me contó – mi taller se trataba de la arquitectura urbana y los hallazgos arqueológicos de San Francisco y el taller consistía en que teníamos que recorrer algunos lugares de quito, fuimos a la facultad de filosofía y conferencia, fuimos a recorrer el centro histórico y conocer cosas importantes como las catatumbas de san francisco, entramos a las iglesias, las siete cruces, fue interesante porque conocimos mucho sobre quito y san francisco, y creamos una página de internet que se llama San Francisco de Asís que tiene el fin de que la gente conozca lo importante de cuidar el patrimonio de quito, y estamos totalmente en contra al avance de la construcción del metro… no me pareció para nada aburrido, me divertí y aprendí muchas cosas que no sabía – y aunque lo dudaba un poco me llamo la atención cuando me hablo de celebrar a Quito – muchos celebramos a Quito, pero como el profe decía, celebramos a Quito sin conocer su verdadera Historia, ese día hubo muerte, hubo masacre y no deberíamos celebrarlo, y aunque es lindo pasar con los amigos y celebrar a la ciudad, deberíamos saber más sobre lo que celebramos – y como culparla por pensar así, cuando en la realidad todo apuntaba a una verdad.Kevin por su parte me diría que su taller fue de lo mejor – estuvo dirigido por dos estudiantes egresados de la facultad, que ya trabajan, el uno como comunity manager y la chica como periodista en el diario la hora, lo más chévere era que no fue un taller donde te imponen tópicos a tratar o con un maestro que hablara todo el día de lo que quiera, sino, una reunión de amigos, donde están compartiendo experiencias y aprendiendo de un compa lo que puede pasarte al salir de la facultad – su taller era Periodismo 2.0 y Comunity Manager, y para él fue genial, aprendió cosas que desconocía y se divirtió…
Para Carlos el
taller fue interesante con el profesor Merizalde, desde la práctica con la
edición de fotos y los formatos, manejo de redes sociales y su correcto uso en
el ámbito periodístico, le fue de agrado y sin duda pudo afirmarme que se
divirtió.Para Francisco quien escogió el
post publicitario como taller con Pablo Rodríguez, tuvieron dos días de taller
en materia y al igual que yo retorno el viernes para presentar su post, le
pareció interesante, aunque no puedo negar que su frase – para que voy a
mentir- me reafirmo que al igual que mi taller hay talleres que no
requieren más de 24 horas para dictarse y dejar algún conocimiento
representativo.Pero aunque mi taller no era el que buscaba, supongo que después de
todo, algo queda, quedan conocimientos, experiencias, ideas y moralejas,
siempre algo queda.
Habían empezado las matriculas para escoger un taller optativo y yo estaba en la nebulosa, no sabía ni que habían matrículas y mucho menos el listado de talleres… para variar solo podía escoger entre dos talleres, lo cual en verdad me pareció un absurdo y cuando por fin supe que escoger, resulta que los cupos estaban llenos y que tuve que coger el mismo taller que había cogido en el semestre anterior: “Semiótica De Mercancías Simbólicas” con el profesor Raúl Moncada.Yo estaba cansada, me faltaba el aire por todo lo que corrí y estaba molesta porque no toleraba no poder escoger algo diferente y depender de la clasificación por semestres. Y aunque me sentía aliviada porque no vería a personas a las que en serio no tolero, para mí el taller representaba una repetición de una lección ya aprendida, como volver a ver una película o un documental y terminar por comprobar que mi cerebro saturado de ideas aun funcionaba para recordar aquello que me parecía tan aburrido…
Ese viernes tenia curiosidad por sobre que habían hecho los demás, mis amigos en sus talleres, ¿se divirtieron? ¿Se aburrieron? ¿Aprendieron algo? ¿O como yo habían estado repitiendo contenidos aburridos porque no habían conseguido un cupo en algo nuevo por la esquematización por semestre?Así que pregunte a Michelle me contó – mi taller se trataba de la arquitectura urbana y los hallazgos arqueológicos de San Francisco y el taller consistía en que teníamos que recorrer algunos lugares de quito, fuimos a la facultad de filosofía y conferencia, fuimos a recorrer el centro histórico y conocer cosas importantes como las catatumbas de san francisco, entramos a las iglesias, las siete cruces, fue interesante porque conocimos mucho sobre quito y san francisco, y creamos una página de internet que se llama San Francisco de Asís que tiene el fin de que la gente conozca lo importante de cuidar el patrimonio de quito, y estamos totalmente en contra al avance de la construcción del metro… no me pareció para nada aburrido, me divertí y aprendí muchas cosas que no sabía – y aunque lo dudaba un poco me llamo la atención cuando me hablo de celebrar a Quito – muchos celebramos a Quito, pero como el profe decía, celebramos a Quito sin conocer su verdadera Historia, ese día hubo muerte, hubo masacre y no deberíamos celebrarlo, y aunque es lindo pasar con los amigos y celebrar a la ciudad, deberíamos saber más sobre lo que celebramos – y como culparla por pensar así, cuando en la realidad todo apuntaba a una verdad.Kevin por su parte me diría que su taller fue de lo mejor – estuvo dirigido por dos estudiantes egresados de la facultad, que ya trabajan, el uno como comunity manager y la chica como periodista en el diario la hora, lo más chévere era que no fue un taller donde te imponen tópicos a tratar o con un maestro que hablara todo el día de lo que quiera, sino, una reunión de amigos, donde están compartiendo experiencias y aprendiendo de un compa lo que puede pasarte al salir de la facultad – su taller era Periodismo 2.0 y Comunity Manager, y para él fue genial, aprendió cosas que desconocía y se divirtió…
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