martes, 14 de febrero de 2017

Escapando del tolete en medio del humo.- Reportaje. Bryan Guayasamín 5"B"

Según datos de la revista “Lideres” un total de 2,7 millones trabajan en la informalidad en Ecuador.


ENTRADA/
INTRODUCCIÓN
Los transeúntes que caminan por la calle Luis Felipe Borja, entre la calle Sebastián de Benalcázar y Rio Jaramillo Alvarado, desde las 5 de la tarde y 10 de la noche se encuentran con una gran amalgama de gastronomía. “Los agachaditos” como mejor les conocen son personas que no tienen un empleo fijo y se han “tomado esta calle” para comercializar comida rápida.
Los vendedores caminan a lo largo de cinco cuadras de esta arteria vial ofertando fritada a USD 3.50, salchipapas a 1.50, mollejas a 2.25. Movilizan sus puestos y canastas apoyándose de una bicicleta, de algún carrito ambulante o simplemente sobre los hombros.
CUERPO DEL TEXTO
Humberto Rojas Morocho, padre de familia de 2 niños, nos cuenta su historia de cómo decidió ser comerciante. Comenta que lleva 10 años trabajando en las calles, se dedica a esta labor para sustentar su hogar y poder pagar la educación de sus hijos ya que su esposa no trabaja y él es el único sustento dentro de su hogar. Cuando se le pregunta sobre como es la relación que mantienen con las autoridades metropolitanas, Humberto menciona “ Quisiera que por lo menos nos dejaran trabajar en la calle, para ganarse el pan de cada día, porque sentimos que nos fastidian”
En la actualidad la ordenanza metropolitana No. 0280 de desarrollo integral y regulación de las actividades de comercio y prestación de servicio de las trabajadoras y trabajadores autónomos, tiene como objetivo regular las actividades comerciales y de servicio en el espacio público del distrito metropolitano de Quito, así como fomentar el desarrollo integral de las trabajadoras y trabajadores autónomos. Dicha ordenanza divide a los trabajadores en cinco grupos: autónomos fijos, autónomos semifijos, autónomos ambulantes, autónomos ocasionales y autónomos en transportación publica, a cada uno se le asigna un lugar y se le permite comerciar libremente.
Esto no parece ocurrir según Juan Gomez, comerciante de 15 años de edad, que se ha visto obligado a trabajar en la calle por los bajos recursos que existen en su hogar, Juan nos dice: “sentimos que somos perseguidos por los metropolitanos y pienso que el problema es que muchos de los comerciantes ambulantes desconocemos la ley y al ocurrir esto no nos amparamos en la misma”. Gladys Guevara, residente del sector, demanda que esto se debe a la falta de leyes por parte del gobierno para salvaguardar el trabajo de los comerciantes ambulantes.
Daniela Grepa, comerciante que lleva un año trabajando como vendedora ambulante, nos cuenta que se dedica a vender en las calles a raíz de que a su esposo lo despidieron de la empresa en la que trabajaba. Comenta que tiene tres hijos, y que con lo que ganan vendiendo tanto ella como su esposo no les alcanza para sustentar los gastos básicos. Cuando se le pregunta sobre cómo es trabajar en la calle, Daniela menciona “ Tenemos que estar todo el tiempo correteando de los metropolitanos porque ellos hacen lo que les manda el municipio, al menos nosotros que no somos estudiados nos tratan mal”.
Según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La encuesta de empleo, publicada el 16 de julio del año pasado, establece que del total de personas con empleo en el país (7 098 584), el 39,31% está en condiciones de informalidad.

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