Periodismo ll
Nombre: José Luis Jiménez
Curso: 5to B
Fecha: 23 de noviembre del 2016
El
sueño de un mochilero
Este fue un viaje que cualquiera diría
es imposible, pero yo y un grupo de amigos lo hicimos posible; así fue como lo
planeamos casi sin pensarlo solo nos lanzamos en nuestra travesía de llegar a
un destino ¿cómo? No lo sabíamos, solo teníamos en mente nuestro punto de
llegada, Montañita.
Los
amigos que me
acolitaron en este viaje fueron ocho, cada uno con la mismos emociones y
expectativas sobre que nos deparara esta travesía ya que nuestro principal
objetivo era llegar sin gastar casi nada de dinero y lo poco que llevábamos era
para emergencias, ya que como íbamos de mochileros era mejor conseguir dinero y
de ahí sacar para cualquier necesidad que tengamos.
Y así fue al día siguiente todos los que
quedamos estábamos presentes, nuestra partida empezó a las 5:00 am cada uno
cargado su mochila y aparte de eso llevamos 2 guitarras, bongos y una armónica
los cuales nos iba a servir para hacer música en los buses y así ganar un poco
más de dinero.
Al principio me daba un poco de miedo al
igual que mi compañero David el cual
me acompañaba en la guitarra, yo y Alexis
otro amigo del grupo comenzamos a cantar y al ver que la gente nos ponía más
atención comenzamos a tener menos nervios, nuestra forma de expresarnos les
causo bastante gracia entretenimiento y al pasar el sombrerito para las monedas
la gente nos felicitaba y nos decía ¡suerte en su camino! Eso fue lo que más
nos llenó de esperanzas para seguir adelante.
Daniel, otro amigo del grupo ya llegando a
Machachi nos dijo:
-oigan creo que no vamos a llegar mejor
regresémonos.
-Chuta ya vas loco! le respondí:
Ahí ese momento como que ya lo veían
imposible, pero yo les dije vamos panas que la salida que nos dimos no sea en
vano, esto hasta lo tendremos de recuerdo para contarlo con muchas personas de
cómo fue nuestro viaje y como esa locura de panas se hizo realidad.
Al llegar a la carretera vía a la costa
nos improvisamos con un cartón que encontramos botado escribimos en el
“aventón”, desde lejos nos a alcanzo a ver una señora que vendía yogurt en la vía, ella ya conocía la gente que
iba de esa manera y nos dijo adelantasen un kilómetro allí paran a los
mochileros.
Luego de caminar algunas horas bajo ese
agotador sol y con la esperanza que nos lleve alguien, a lo lejos vimos una
camioneta color blanca doble cabina que se estaciono, fuimos corriendo a ver si
nos podía llevar la señora que conducía, pero ella nos dijo que iba para
Esmeraldas así que ese momento pensamos igual allá hay playa ¡vamos!, así que
todo nos metimos en esa camioneta nos tratamos de acomodar como sea atrás
pusimos los instrumentos y las mochilas pero aun así no alcanzábamos éramos
muchos; yo y dos amigos más Michael y
Stalin nos tocó ir en el balde pero no nos importó.
No tuve contacto para conversar con la
señora ya que iba con cierta incomodidad, solo tuve detalle luego por lo que
conversaban mis amigos que iban adelante pude saber que el nombre de la señora
era Mayra venia de la provincia del
Pastaza y se dirigía a Esmeraldas por motivos de trabajo.
El viaje lo culminamos en Tonsupa al
llegar allí la emoción se nos apodero solo fuimos corriendo, nos sacamos los
zapatos y sentir la arena y el agua en nuestros pies fue lo mejor, la brisa
cálida en el rostro, no podíamos pedir más, cumplimos el reto que nos habíamos
trazado todos pensaron que iba a ser imposible que no íbamos a llegar, pero lo
hicimos todos casi lloramos de la emoción al ver el mar luego de muchos años,
esto fue una experiencia y un reto inolvidable.
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