viernes, 17 de febrero de 2017

cronica jose luis jimenez



Periodismo ll
Nombre: José Luis Jiménez
Curso: 5to B                                       
Fecha: 23 de noviembre del 2016
El sueño de un mochilero
Este fue un viaje que cualquiera diría es imposible, pero yo y un grupo de amigos lo hicimos posible; así fue como lo planeamos casi sin pensarlo solo nos lanzamos en nuestra travesía de llegar a un destino ¿cómo? No lo sabíamos, solo teníamos en mente nuestro punto de llegada, Montañita.
Los amigos que me acolitaron en este viaje fueron ocho, cada uno con la mismos emociones y expectativas sobre que nos deparara esta travesía ya que nuestro principal objetivo era llegar sin gastar casi nada de dinero y lo poco que llevábamos era para emergencias, ya que como íbamos de mochileros era mejor conseguir dinero y de ahí sacar para cualquier necesidad que tengamos.
Y así fue al día siguiente todos los que quedamos estábamos presentes, nuestra partida empezó a las 5:00 am cada uno cargado su mochila y aparte de eso llevamos 2 guitarras, bongos y una armónica los cuales nos iba a servir para hacer música en los buses y así ganar un poco más de dinero.
Al principio me daba un poco de miedo al igual que mi compañero David el cual me acompañaba en la guitarra, yo y Alexis otro amigo del grupo comenzamos a cantar y al ver que la gente nos ponía más atención comenzamos a tener menos nervios, nuestra forma de expresarnos les causo bastante gracia entretenimiento y al pasar el sombrerito para las monedas la gente nos felicitaba y nos decía ¡suerte en su camino! Eso fue lo que más nos llenó de esperanzas para seguir adelante.
Daniel, otro amigo del grupo ya llegando a Machachi nos dijo:
-oigan creo que no vamos a llegar mejor regresémonos.
-Chuta ya vas loco! le respondí:
Ahí ese momento como que ya lo veían imposible, pero yo les dije vamos panas que la salida que nos dimos no sea en vano, esto hasta lo tendremos de recuerdo para contarlo con muchas personas de cómo fue nuestro viaje y como esa locura de panas se hizo realidad.
Al llegar a la carretera vía a la costa nos improvisamos con un cartón que encontramos botado escribimos en el “aventón”, desde lejos nos a alcanzo a ver una señora que vendía yogurt en la vía, ella ya conocía la gente que iba de esa manera y nos dijo adelantasen un kilómetro allí paran a los mochileros.
Luego de caminar algunas horas bajo ese agotador sol y con la esperanza que nos lleve alguien, a lo lejos vimos una camioneta color blanca doble cabina que se estaciono, fuimos corriendo a ver si nos podía llevar la señora que conducía, pero ella nos dijo que iba para Esmeraldas así que ese momento pensamos igual allá hay playa ¡vamos!, así que todo nos metimos en esa camioneta nos tratamos de acomodar como sea atrás pusimos los instrumentos y las mochilas pero aun así no alcanzábamos éramos muchos; yo y dos amigos más Michael y Stalin nos tocó ir en el balde pero no nos importó.
No tuve contacto para conversar con la señora ya que iba con cierta incomodidad, solo tuve detalle luego por lo que conversaban mis amigos que iban adelante pude saber que el nombre de la señora era Mayra venia de la provincia del Pastaza y se dirigía a Esmeraldas por motivos de trabajo.
El viaje lo culminamos en Tonsupa al llegar allí la emoción se nos apodero solo fuimos corriendo, nos sacamos los zapatos y sentir la arena y el agua en nuestros pies fue lo mejor, la brisa cálida en el rostro, no podíamos pedir más, cumplimos el reto que nos habíamos trazado todos pensaron que iba a ser imposible que no íbamos a llegar, pero lo hicimos todos casi lloramos de la emoción al ver el mar luego de muchos años, esto fue una experiencia y un reto inolvidable.

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