ANTETÍTULO
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No siempre la
imprudencia viene de un conductor.
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TÍTULO
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IZQUIERDA,
DERECHA, AL FRENTE Y CRUZA
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SUMARIO
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Los accidentes de tránsito en ciudades
latinoamericanas cada vez van en aumento y lamentablemente pueden hasta
costar vidas.
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ENTRADA/
INTRODUCCIÓN
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Mientras daba
la última calda de mi enrolado esperaba, como habitualmente lo hago, el
cambio de semáforo en una avenida muy transitada de la Carita de Dios. Piso el enrolado, de reojo veo la luz peatonal en
verde y procedo hasta la mitad de la Av.
América frente al Seminario Mayor; y cuando daba los primeros pasos
recordé la historia que un compañero me había comentado en las horas de la
mañana de ese mismo día para el final de su cortometraje; por consecuencia de
los que presencié. Podemos llamarlo coincidencia o destino; pero, dicha
historia que Felipe me contó se
estaba reproduciendo frente a mis ojos.
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CUERPO DEL TEXTO
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Ella, quien
desgraciadamente nunca conocí o investigué su nombre, corría desesperada
detrás de un joven, que a mi impresión huía de ella. Los instantes que viví
en la mitad de la Av. América frente a
la Av. Colón fueron impactantes para mí; y no darle nombre a la joven lo
considero un acto cruel. “Nina” pensó que al cruzar corriendo la calle
alcanzaría a su compañero, amigo, hermano, en fin al velocista que estaba en
frente de ella.
Pero, mientras
Nina cruzaba la avenida a un ritmo acelerado detrás de aquel muchacho, giré
precipitadamente mi mirada debido al estruendoso freno del vitara gris,
acompañado de un ¡CRASH! E impresionado vi como la cabeza de Nina rompía el
parabrisas y como efecto del golpe su cuerpo cayó bruscamente contra el
pavimento; inmediatamente se oyó un coro de gritos de asombro, terror y
shock. Momento después se escuchaban frases como: “¡HIJO DE PUTA!, ¡LA MATÖ!,
¡AGARREN AL CONDUCTOR!, ¡MIRA LO QUE HICISTE!”
Quedé inmutado
por obvias razones. Nina inmóvil en el suelo, y como la gente abombaba a la
conductora del vitara quien se estacionó a esperar a las respectivas
autoridades para afrontar y dar su versión del lamentable e inolvidable hecho. Nina sin respuesta aún era la
responsable directa del accidente, ya que por su imprudencia al cruzar la
calle en pleno verde en el paso vehicular; para la conductora fue imposible
frenar, debido a que la visión desde su auto fue interferida por un autobús
del Corredor Sur Occidental.
La imprudencia
del peatón en las calles de la capital es una problemática que se puede
constatar en cualquier esquina, ya sea irrespetando el semáforo, no utilizar
los pasos o cruces peatonales y caminos sugeridos para el transeúnte; la
imprudencia de los capitalinos y visitantes se verifica según la Agencia Metropolitana de Tránsito el
70% de las víctimas de los accidentes suscitados en Quito son peatones. La
impericia como principal causante con un 50% de los casos y sólo un 3% por
irresponsabilidad del peatón.
Lo vi, lo
presencié y hasta publique en Facebook con total indignación, ¡porque soy
peatón! Pero, también muy disgustado con Nina, el velocista y el resto de
gente que no se percató que a la conductora se le hizo imposible poder evitar
tan grave accidente y casi matar a Nina, que ya a las 7:30 de la noche de 9 de enero
estaba siendo atendida por una ambulancia y recibiendo primeros auxilios por
parte de los paramédicos. Este imprudente velocista enfurecido desde el
momento del impacto, intentó socorrer a Nina pero su ira no lo dejó; corrió a
toda velocidad contra el vitara, descargando sobre él toda su rabia contra la
conductora, quien permanecía frente al volante, supongo aún en shock.
Los golpes sonaban,
los cláxones pitaban, la ambulancia se acercaba. La posición que yo tenía era
estratégica, que si fuese un apasionado por el cine snuff no me hubiese
quedado perplejo con la mano tapando mi boca por el asombro. Sino filmado y
documentado la imprudencia de la joven que yacía luchando por su vida dentro
de la ambulancia y a 10 o 15 metros la
gente alejando al velocista de la conductora, que bajándose del automóvil se
notaba el nerviosismo y pánico en la palidez de su rostro.
Ya recobrando
un poco la calma para poder cruzar por completo la A. América, me acerqué
unos metros hacia el vitara y el tumulto; que los oficiales de tránsito del
Distrito Metropolitano de Quito procedía a hacer movilizar y permitir la
circulación del tráfico vehicular que se formó desde el gran estruendo del
accidente hasta 30 0 45 minutos después, considero que pasaron. La gente se
disipó, el tráfico caótico de Quito circulaba a medida que Nina se alejaba en
la ambulancia y la conductora respondía a la Policía Nacional que ya estaba
presente para atender el suceso y proceder con su labor.
Dirigiéndome
ya hacia la parada, mis ojos buscaban al velocista que también debería
afrontar la sanción respectiva por la infracción he imprudencia peatonal
cometida que puso en riesgo su vida y consecuentemente la vida de Nina. La señora que se sentó a mi lado minutos
después en el bus mencionó: “POBRE MUCHACHITA, DIOS LA CUIDE”: con quién
reflexione sobre lo sucedido en pleno centro-norte de la considerada Luz de
América. Aunque suene muy trillado aquella noche conmigo se reivindicó la
frase “Es mejor perder un segundo de la vida, que la vida en un segundo”.
Entre enero y
marzo del 2015 se registraron 474 arrollamientos en la capital, de los cuales
27 han terminado en decesos; en relación con el 2014 ha aumentado en un 68.7%
las muertes por esta causa.
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Conclusión
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Frases, recuadros, cifras.
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lunes, 13 de febrero de 2017
IZQUIERDA, DERECHA, AL FRENTE Y CRUZA. Por: Alejandro Valencia
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